martes, 21 de octubre de 2008

Visitando una iglesia

Visitando una Iglesia

 

Casa habitada:

Las casas deshabitadas son frías; al entrar sueles sentir una desagradable sensación: no descubres "alma" en una casa deshabitada.

Algo así ocurre con los lugares religiosos deshabitados: transmiten un mensaje de vacío, de añoranza...

Una casa habitada se palpa: habrá orden o desorden..., pero algo nos dice que está habitada. Y por el orden o desorden nos damos cuenta de la calidad de sus habitantes.

La visita a una casa habitada nos informa de los gustos de los moradores, de los lugares que más usan, de los estilos decorativos, de las aficiones literarias, musicales, artísticas...Decimos: "Lo tienen con mucho gusto..."

Mostrar una casa es algo así como desvelarnos ante los demás. Los muros, las cosas, los muebles, el orden, todo nos revela.

Elegir lo que ponemos, lo que quitamos, dónde lo ponemos... es una forma de manifestar lo que somos, lo que nos hace felices, lo que nos hace estar bien y cómodos, el ambiente que creamos...

Para entender bien lo que hay en una casa necesitamos, además, la presencia y la palabra de los moradores que nos digan: esta bandeja me la regaló papá cuando todavía éramos novios: tiene 55 años. El transistor se lo compramos a Alberto. El mueble del comedor nos costo 75 Euros. De esta manta no me desprendo, la compré nada más casarnos y me costó 30 Euros.

Las cosas de una casa no son sólo cosas. Tienen alma, vida, historia, están cargadas de recuerdos, de esfuerzos, sacrificios, tienen nombres queridos detrás de ellas...

Quien sólo las ve por fuera, no descubre lo que encierran de historia familiar, de sentimiento, de recuerdo...

Nos tienen que explicar las cosas para darles valor...

 

Esta imagen de la casa es la que nos puede ayudar a comprender lo que es una iglesia habitada o deshabitada...

Siguiendo la imagen de la casa habitada, un desconocido que llega a una iglesia observará a qué dan importancia dentro del templo sus moradores: el recinto bautismal, el rincón del silencio y oración, el altar de la eucaristía, el presbiterio, el espacio para la Palabra, la música ambiental, la iluminación cuidada, los cuadros, las hojas...

 

(tomado de http://www.juanjauregui.es)