lunes, 22 de mayo de 2023

LA MEJOR Y MÁS DIGNA MANERA DE COMULGAR

La mejor y más digna manera de comulgar es acercarse al sacramento de la Eucaristía con humildad, reverencia y una profunda disposición interior. Es importante prepararse adecuadamente, mediante la confesión de los pecados y el examen de conciencia, para recibir a Jesús en la Sagrada Comunión. Al acercarse al altar, se debe hacer una genuflexión o una reverencia profunda, reconociendo la presencia real de Cristo en el pan consagrado. Al recibir la hostia, se debe hacer con reverencia y devoción, respondiendo "Amén" con el corazón lleno de fe. Después de comulgar, se debe mantener un tiempo de recogimiento y agradecimiento, permitiendo que la gracia de la Eucaristía transforme nuestras vidas. En resumen, la mejor y más digna manera de comulgar implica una preparación interior, una reverencia profunda y una respuesta de fe y gratitud hacia Jesús presente en la Eucaristía.

martes, 16 de mayo de 2023

LA BENDICIÓN DE LOS OBJETOS RELIGIOSOS:

La bendición de los objetos religiosos es un acto litúrgico en el cual un ministro de la fe consagra un objeto para su uso en la práctica religiosa. Esta acción otorga una dimensión sagrada al objeto y lo convierte en un símbolo de la fe y la devoción. A través de la bendición, se cree que el objeto adquiere una conexión especial con lo divino y se vuelve un canal de gracia y protección. Al utilizar estos objetos bendecidos, los fieles buscan fortalecer su fe, recibir bendiciones y experimentar una mayor cercanía espiritual. La bendición de los objetos religiosos es un acto significativo que une lo material y lo espiritual, brindando consuelo y apoyo a los creyentes en su camino de fe.

lunes, 15 de mayo de 2023

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El incienso desempeña un papel significativo en las exequias, que son ceremonias fúnebres en honor a los difuntos. El incienso, con su fragancia dulce y su humo aromático, se utiliza para simbolizar la elevación de las oraciones y honrar el espíritu del fallecido. Su aroma se cree que purifica el ambiente y actúa como un medio de conexión entre el mundo terrenal y el espiritual. Además, el humo del incienso se considera un símbolo de transitoriedad y transformación, recordándonos la naturaleza efímera de la vida y el paso del alma hacia el más allá. En resumen, el incienso en las exequias representa la devoción, el respeto y la transición hacia la eternidad.

sábado, 20 de febrero de 2016

La Cuaresma es... ¡la ITV del cristiano!

Es fácil adivinar lo que pretende la iglesia, nuestra madre, en este tiempo de Cuaresma. Es muy fácil deducir lo que ella, con estos cuarenta días, pretende de nosotros.

Basta fijarse un poco en la decoración de las iglesias, cómo toda esa decoración gira en torno a unos tonos serios, reflexivos, como el color morado, la ausencia de flores, sólo alguna planta o algún cardo seco…, como invitándonos a partir de cero en nuestra vida, ¡que bueno es que de vez en cuando, y la iglesia cree que debe ser cada año como mínimo, hagamos una revisión, una puesta a punto, como yo suelo decir, pasar la ITV de nuestra vida!.

Creo en Dios y en la palabra. No hay forma humana mejor de comunicarse.

http://argeliodominguez.es/

jueves, 11 de febrero de 2016

ACTITUDES DEL EVANGELIZADOR ANTE LA PIEDAD POPULAR

La piedad popular es un espacio muy valioso de devoción y de encuentro con Jesucristo. Su potencial misionero es impagable. En ella se refleja el alma de nuestro pueblo canario.
Queremos valorar positivamente este “catolicismo popular” como una manera legítima de vivir la fe. No podemos olvidar que la piedad popular ha sido, es y, me atrevo a decir que, será, en muchas ocasiones, el único vehículo de transmisión de la fe que existe en muchas familias y en muchos lugares.

ACTITUDES DEL EVANGELIZADOR ANTE LA PIEDAD POPULAR   
Estamos, por tanto, ante una realidad rica, compleja y profunda. La renovación de la piedad popular será más fácil si los párrocos y agentes de pastoral utilizamos la “lógica del corazón” más que las exigencias de la razón.

1.- TAREA DE LOS PÁRROCOS:
Tratar de ver, con calma y con paz, qué ocurre en la gente cuando realiza algún acto de piedad.
Respetar lo que existe sin pretender cambiarlo todo.
Importancia que tiene la presencia y el modo de estar del sacerdote en las distintas celebraciones. Saber presidir una procesión, saber estar cuando bendice una medalla, una institución o una casa… ¡es todo un símbolo!.

2.- OBJETIVOS A LLEVAR A CABO, DE CARA A LOS LAICOS:
Que cada Hermandad o Cofradía nombre a algún miembro, o el mismo Hermano Mayor para crear una Coordinadora en el Arciprestazgo.
Hacer folleto sobre el sentido de las procesiones, el significado de las Cofradías y Hermandades, el significado de los símbolos cristianos… para distribuir.
Dar a conocer el Directorio de Piedad Popular o cualquier otra comunicación a los sacerdotes, Hermandades… y laicos en general.
Hacer hojas informativas explicando el significado de algunas devociones populares en torno a los Santos o a la Virgen, presentes en nuestro Arciprestazgo.
Recordar algunas directrices que sobre la piedad popular se han dado desde la Diócesis, como por ejemplo: que para instaurar una nueva procesión hace falta el permiso del Ordinario, el sentido de las romerías, la austeridad en los enrames…

 

Argelio Domínguez

Creo en Dios y en la palabra. No hay forma humana mejor de comunicarse.

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viernes, 31 de enero de 2014

jueves, 12 de diciembre de 2013

Lo que es y lo que debe ser la Piedad Popular



Lo que es y lo que debe ser la Piedad Popular según el Papa Francisco, en 20 frases

Lo que es y lo que debe ser la Piedad Popular según el Papa Francisco, en 20 frases 
1.- Las Cofradías y las Hermandades son una realidad tradicional en la Iglesia que ha vivido en los últimos tiempos una renovación y un redescubrimiento.
2.- La piedad popular es un tesoro que tiene la Iglesia, espacio de encuentro con Jesucristo.
3.- Para conservar, cultivar y acrecentar este tesoro, es preciso acudir siempre a Cristo, fuente inagotable.
4.- Los miembros de las cofradías y hermandades han de esforzarse en reforzar su fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia.
5.- A lo largo de los siglos, las Hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor. Es necesario, pues, seguir caminando con decisión hacia la santidad, no conformándose con una vida cristiana mediocre.
6.- La pertenencia a cofradías y hermandades ha de ser un estímulo para amar más a Jesucristo.
7.- Pertenecer a una cofradía o hermandad es, ha de ser, una ocasión providencial para comprender mejor qué es lo esencial, es decir, creer en Jesucristo, muerto y resucitado por nuestros pecados, y amarse unos a otros como Él nos ha amado.
8.- Y las dificultades de la vida humana y cristiana no se superaron fuera, sino dentro de la Iglesia.
9.- La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con sus Pastores.
10.- La Iglesia quiere a las cofradías y hermandades y les llama a ser presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas.
11.- Pertenecer a una cofradía o hermandad es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia, de modo que sus miembros han de aman a la Iglesia y dejarse guiar por ella.
12.-En las parroquias, en las diócesis, las cofradías y hermandades han de ser un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana, que, con variedad de colores y de signos, expresión misma de la Iglesia, han de confluir, se han de reconducir a la unidad, al encuentro con Cristo.
13.-Misión específica de las cofradías y hermandades, misión importante, es mantener viva la relación entre la fe y las culturas de los pueblos a los que pertenecen. Cuando, por ejemplo, llevan en procesión el crucifijo con tanta veneración y tanto amor al Señor, no hacen únicamente un gesto externo; indican la centralidad del Misterio Pascual del Señor, de su Pasión, Muerte y Resurrección, que nos ha redimido; e indican, primero a los cofrades y también a la comunidad, que es necesario seguir a Cristo en el camino concreto de la vida para que nos transforme. Del mismo modo, cuando manifiestan la profunda devoción a la Virgen María, señalan al más alto logro de la existencia cristiana, a Aquella que por su fe y su obediencia a la voluntad de Dios, así como por la meditación de las palabras y las obras de Jesús, es la perfecta discípula del Señor (cf. Lumen gentium, 53).
14.- Esta fe, que nace de la escucha de la Palabra de Dios,  las cofradías y hermandades la manifiestan en formas que incluyen los sentidos, los afectos, los símbolos de las diferentes culturas… Y, haciéndolo así, ayudan a transmitirla a la gente, especialmente a los sencillos, a los que Jesús llama en el Evangelio «los pequeños».
15.- El caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador.
16.- Los miembros de las cofradías y hermandades han de ser, pues, auténticos evangelizadores. Que sus iniciativas sean «puentes», senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él.
17.- Y, con este espíritu, estén siempre atentos a la caridad.
18.- Cada cristiano y cada comunidad es misionera en la medida en que lleva y vive el Evangelio, y da testimonio del amor de Dios por todos, especialmente por quien se encuentra en dificultad.
19.- Los miembros de las cofradías y hermandades han ser misioneros del amor y de la ternura de Dios.
20- Y así caminaremos hacia la meta de nuestra peregrinación terrena, hacia la Jerusalén del cielo. Allí ya no hay ningún templo: Dios mismo y el Cordero son su templo; y la luz del sol y la luna ceden su puesto a la gloria del Altísimo. Que así sea.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Humor en la Religiosidad Popular

HUMOR RECOGIDO DE UN BLOG AMIGO

 

En estos días estivales vamos a variar nuestra habitual y seria colaboración relatando algunas anécdotas sobre temas litúrgicos y religiosos en general, para ayudar a los lectores a refrescarse con unas sonrisas, en tono respetuoso y humorístico. Comenzamos.
Se cuenta que en una ocasión, el cardenal Bueno Monreal (arzobispo de Sevilla) revestido de capa pluvial y muy ceremonioso, se disponía en una Función solemne a impartir la bendición con el Santísimo. A veces, el Señor se oculta poniendo una capucha en la custodia cuando se suspende la adoración. Por alguna extraña circunstancia resultó que la Hostia consagrada no estaba en el viril. Alguien la había reservado.
Cuando el maestro de ceremonias destapó la custodia, con el cardenal arrodillado y dispuesto con el incensario y todo el pueblo atento, se llevaron la sorpresa de que el viril estaba vacío. Se estableció el siguiente dialogo:
–¿Eminencia, y ahora que hacemos? –preguntó consternado el maestro de ceremonias.
– El ridículo, hijo mío, el ridículo –contestó el cardenal.
Humor no le faltaba al prelado.

También se cuenta de una familia noble que allá por el siglo XVII habitaba en Sevilla que se consideraban familiares de Jesús ya que eran de origen judío y descendientes de la tribu de David. Tan es así que, cuando rezaban el rosario con la servidumbre, decían las avemarías de la siguiente manera:
· Dios te Salve María, Madre de Dios y prima mía, llena eres de gracia....–decía la señora, y respondían todos
· Santa María, Madre de Dios y prima de Usía, ruega por nosotros....
Por presumir de ascendientes que no quede.

Se dice de un catalán que fue a Tierra Santa y visitó el lago Tiberiades. Los catalanes tienen fama, infundada, de tacañería y ahorradores. En el lago se ofrecían barcas de alquiler para los turistas al precio de 50 euros.
Nuestro amigo el catalán protestó por el precio.
–Oiga, ¿no le parece un abuso cobrar esa cantidad por un paseo en barco?
–Tenga usted en cuenta que por sus aguas hace dos mil años anduvo nuestro Señor Jesucristo –replicó el empleado.
–Pues no me extraña nada. ¡Con estos precios! –replicó nuestro amigo.

La salud de los Papas era, hasta no hace mucho, objeto de un secretismo que limitaba con lo ridículo. Así, se cuenta de un Papa que en su parte de defunción y en la nota que dio a la prensa el Vaticano se decía: “En el día de hoy Su Santidad...... ha fallecido en perfecto estado de salud”.
Seguramente la anécdota no será verdad, pero quiere reflejar una situación hoy felizmente superada.
Finalizamos con otra anécdota de Papas. León XIII tuvo un pontificado larguísimo, de los más largos de la historia de la Iglesia, superando los veinticinco años (sólo superado por San Pedro, Pío XI y Juan Pablo II). Tanto que los cardenales comentaban entre sí: “El Espíritu Santo nos iluminó para que eligiesemos a un Santo Padre pero no a un Padre Eterno”.

 

Tras el descubrimiento de América, al poco se importó la costumbre de fumar tabaco, cosa que los españoles veían hacer a los nativos del Nuevo Mundo. El debate sobre su licitud se trasladó al campo eclesiástico. Se debatía, entre otras cuestiones, si el uso del tabaco rompía o no el ayuno cuaresmal y el ayuno eucarístico. La anécdota se refiere a los franciscanos y a los jesuitas, religiosos que el pueblo identifica con inocencia bondadosa por un lado y astucia inteligente por otro.
Así, en la polémica sobre el consumo del tabaco, los franciscanos preguntaron a Roma si podían fumar mientras rezaban y les respondieron que no. En cambio los jesuitas preguntaron si podían rezar mientras fumaban, y les respondieron que sí.

Más cercano en el tiempo, se cuenta que en un pueblo del Aljarafe sevillano muy rociero acudió una vez el cardenal a presidir la Función principal. Tras la misma, saludó a los vecinos que se le acercaban y uno de los lugareños, para adularle, le espetó con ánimo de agradar la siguiente frase:

–¡Es usted tan buen cardenal como lo fue su padre¡ –sin reparar en que los cardenales tiene padre, evidentemente, pero no pueden tener hijos.
Hubo que explicarle después que el halago fue una metedura de pata.

La religiosidad popular es vivero de numerosas anécdotas. Se cuenta de una hermandad muy pobre radicada en un lejano pueblo serrano. Sólo tenían una imagen y dos devociones: San Antón y la Inmaculada. Así que, ni cortos ni perezosos, transformaban a su única imagen según conviniera.
De esa manera, surgió el dicho siguiente: “Si lleva barbas es san Antón, si no la Purísima Concepción”.

Terminamos con algunos anuncios parroquiales que circulan por Internet.
En un folleto sobre la Liturgia de la Vigilia pascual en una parroquia se decía lo siguiente: “El presbítero encenderá su vela del cirio pascual y le dará luz al diácono; posteriormente el diácono encenderá uno a uno a toda la primera fila”.
¡Cuidado con el diácono!

En otra parroquia se avisaba que “el coro de mayores dejará de intervenir en las misas durante el verano, con el agradecimiento de toda la parroquia”.
¡No lo harían demasiado bien cuando les agradecen el descanso!
Finalizamos con otro aviso que en esta ocasión advertía que “la misa finalizaría con un responso cantado por todos los difuntos”. Difuntos cantarines.

martes, 6 de abril de 2010

Feliz Pascua

Feliz Pascua de Resurrección

 
 
 
De Argelio, sacerdote
 
 

jueves, 18 de marzo de 2010

ALGUNAS COSAS RELACIONADAS CON LA PASCUA

ALGUNAS COSAS RELACIONADAS CON LA PASCUA

PASCUA
El término tiene varios significados:

Solemnidad del Domingo de Resurrección. Es la Fiesta de las fiestas para los cristianos, centro de todo el año litúrgico. Comienza con la Vigilia Pascual, la noche del sábado santo, y se prolonga durante todo el domingo.

Etimológicamente se la relaciona con la raíz hebrea pasa, que significa: saltar, pasar, pasar de largo sin hacer daño (Ex 12,11.23.27).

Rito del cordero pascual: sacrificio de un cordero que practicaban los pastores nómadas en primavera para asegurarse la fecundidad de sus rebaños; los agricultores, personas sedentarias, en vez de un cordero, tenían la ofrenda de las primicias de los frutos de primavera.

Pascua hebrea: para los hebreos, la pascua era el sacrificio de un cordero. El significado de este rito estaba unido a la salvación de Dios hecha a favor de su pueblo al sacarlo de Egipto.

Para los cristianos: la Pascua asume los significados precedentes, sobre todo la pascua hebrea. Los cristianos vemos toda la riqueza de significado anterior cumplida y llevada a plenitud en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Pascua florida: según la tradición judía, en el hemisferio Norte, la pascua coincide con el mes de Nisán judío, el mes de la primavera, el mes en que Dios creó todas las cosas. La palabra primavera, en el uso ordinario del pueblo, hace alusión a “comienzo”, “edad bonita”, “plenitud de juventud”. El pueblo ha bautizado a la Pascua de Resurrección como “pascua florida” porque se celebra en plena primavera, y porque es el triunfo de la Vida que nace triunfante.

Día primero: La resurrección ocurrida en el alba del domingo, es descrita por Jn 20,19-31 con estas palabras: “El día primero de la semana entró Jesús y se puso en medio de los discípulos”. Día primero es día de la resurrección, día de domingo, día del Señor, día nuevo, el día en que Dios recreo todo de nuevo con la resurrección de su Hijo. Se acabó el sabbat, ahora el día del Señor es un nuevo día, el primero, el domingo. Es otra etapa la que vivimos.

MISTERIO PASCUAL
Expresión utilizada en la Constitución del Vaticano II sobre la liturgia Sacrosanctum Concilium al menos 8 veces. Tiene el mismo significado que Pascua, es decir, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, verdadero Cordero (Jn 1,29; 18,28), verdadero Pan de Vida (Jn 6,35) que reconcilia a los hombres con el padre y sella una nueva Alianza entre Dios y los hombres.

TIEMPO PASCUAL
Prolongación del día de Pascua que dura 50 días, hasta el día de Pentecostés. También se le llama “cincuentena pascual”.

FECHA DE LA PASCUA
La celebración de la Pascua es móvil. No cae siempre el mismo día. Los judíos celebran la Pascua el 14 de Nisan, día de luna llena de primavera. En el concilio de Nicea (325) los cristianos optaron por celebrar la fiesta de Pascua el domingo que seguía a la primera luna llena de primavera. En el Concilio Vaticano II hubo intentos de hacerla fija (el primer o segundo domingo de abril), pero los Ortodoxos se oponen radicalmente.

PASIÓN
Viene de la palabra “passio”: acción de soportar, sufrir. La Pasión de Cristo es la acción por la cual Cristo, sufriendo en su cuerpo el dolor y la muerte en cruz, realiza la Redención o Salvación.
Domingo de pasión o semana de pasión: se usa esta denominación, sobre todo en algunos lugares. Al Domingo de Ramos se le denomina oficialmente: en la Pasión del Señor o Domingo de la Pasión del Señor. Se mantiene, por fuerza de la tradición, en algunos partes, costumbres como celebrar el onomástico de las “Lolas”, “Dolores” el viernes antes del Domingo de Ramos, o Viernes de Dolores la Virgen Santísima. Todo se explica porque antes de la reforma litúrgica de 1969, a las dos últimas semanas de la Cuaresma se las denominaba semanas de pasión o tiempo de pasión,
La reforma prefirió quitar esta denominación para dar más unidad a toda la Cuaresma.
Lo característico del Domingo de Ramos es la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén y la solemne proclamación de la Pasión.

 

ALGUNAS TRADICIONES PASCUALES

ALGUNAS TRADICIONES PASCUALES

A) LOS HUEVOS DE PASCUA.

Son muchas las tradiciones de la Pascua Florida. Todas están relacionadas con la primavera, la vida y el bautismo o agua. Así la tradición de que el padrino regalara al ahijado (mientras éste permaneciera soltero) “la rosca de Pascua” (la mona de Pascua que se entrega el lunes de Pascua, el huevo de Pascua...). El huevo típico en esta fecha (hoy se presenta refinado en forma de chocolate) se debe a que por fuera tiene aspecto de roca y por dentro esconde la vida, la germinación, el nacimiento de algo. Es la mejor manera de hablar de la vida que Jesús, el Resucitado, nos ofrece. En algunos lugares, los huevos cocidos eran rellenados de sorpresas. El turismo hoy está haciendo evolucionar las costumbres nacidas en un contexto de significado religioso a puras tradiciones populares desprovistas de sentido hondo. Se conservan las formas externas, pero se olvida el sentido y significado inicial de las tradiciones.

B) LA BENDICIÓN DE LAS CASAS.

En nuestro entorno ha perdido fuerza, pero en contextos como Alemania e Italia sigue muy viva la tradición de la “bendición de las casas” en el tiempo pascual con el agua bendita de la noche pascual. El párroco pasa por las casa y las bendice. Es un signo de presencia de Dios, de apertura a Dios y de deseo de que sobre esa casa y sus moradores se derramen las gracias y las bendiciones que brotan de la Resurrección. En Alemania se marca la fecha de la bendición con tiza en un lugar visible.

C) EL AGUA BENDITA.

Aunque se va perdiendo, pero aún es posible ver en algunas comunidades cristianas que en la pila bautismal está a disposición de los fieles el agua bendita de la noche pascual. Esta agua es llevada a los hogares como un sacramental que recuerda el bautismo, la noche pascual y como presencia de fecundidad espiritual que ayuda a vivir de manera evangélica a la familia. En algunos momentos significativos se usará, (como se usa el agua en gesto penitencial al entrar en la iglesia y santiguarse), por ejemplo, ante la tormenta, en días señalados familiares, en momentos de dificultad o enfermedad. No se trata de magia, sino de un elemento cargado de sentido religioso que está ahí para ayudarnos a recordar que tenemos que vivir en creyente, como resucitados, como bautizados, como pasados por el agua de la Pascua, como personas de fe en todo lo que la vida trae consigo. Nada de nuestra vida está al margen de la fe. Todo lo tenemos que vivir con fe.

 

SIGNOS LITURGICOS DEL SÁBADO SANTO

SIGNOS LITURGICOS DEL SÁBADO SANTO.

EL RITO DEL FUEGO

El Rito del fuego entró en la liturgia romana hacia el siglo XII; parece que esta práctica se remite a una antigua tradición pagana que consistía en encender fogatas durante la primavera en honor de cualquier divinidad para propiciar el crecimiento de los frutos de la tierra. La Iglesia acogió este rito muy arraigado en la tradición popular y le dio un significado cristiano expresado muy bien en la plegaria de bendición, que escucharemos en la celebración de la Vigilia Pascual.

EL CIRIO PASCUAL

El símbolo más destacado del tiempo pascual es el cirio. En medio de la oscuridad, de una hoguera previamente preparada se enciende el Cirio, que tiene una inscripción en forma de cruz, acompañada de la fecha del año y de las letras Alfa y Omega, es decir, Cristo principio y fin del universo. Luego, se le incrustan cinco granos de incienso simbolizando con esto las cinco llagas gloriosas del Señor Jesús en su crucifixión.

El Cirio pascual estará encendido durante la cincuentena pascual, durante todas las celebraciones hasta la tarde del domingo de Pentecostés; también se usa durante los bautizos y en las exequias, significando el principio y el término de la vida temporal, para simbolizar que un cristiano participa de la luz de Cristo a lo largo de todo su camino terreno, como garantía de su definitiva incorporación a Luz de la vida eterna.

LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

La Resurrección de Cristo es el centro y la esperanza de todo el mensaje cristiano, por esto la Pascua es la máxima celebración del culto cristiano. La Pascua de Resurrección es la madre, la raíz, la primera de todos los domingos. La Vigilia Pascual, por el misterio que celebra es la convocación eclesial por excelencia, por esto mismo se convirtió bien pronto en una fecha privilegiada para la iniciación cristiana, es decir, para la celebración de los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, y la participación por vez primera en la mesa eucarística.

 

SIGNOS LITURGICOS DEL VIERNES SANTO

SIGNOS LITURGICOS DEL VIERNES SANTO

LA PASIÓN DEL SEÑOR

El Viernes Santo, es el día en que es sacrificada la víctima pascual: Cristo. La Iglesia medita sobre la pasión de su Señor, y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado de Cristo muerto en la cruz que intercede por la salvación de todo el mundo. En la tradición popular este día asume una dimensión de tristeza profunda, de luto; sin embrago, la liturgia del Viernes Santo, a pesar de su austeridad, expresa una serena y majestuosa solemnidad ya que para todo cristiano católico es el cumplimiento de las promesas de Dios para con todos nosotros.

POR QUÉ LOS ORNAMENTOS DE HOY, VIERNES SANTO, NO SON MORADOS SINO ROJOS

Para muchos, debería hoy estar revestida la Liturgia de color morado, porque este color expresa duelo, tristeza, sin embargo, a pesar de que el Viernes Santo, tiene este carácter de duelo, no por casualidad se usan los ornamentos rojos, como el día en que se conmemora la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén, tal como se hace el Domingo de Ramos. O como en los días en que la Iglesia celebra la entrada triunfal de los mártires a la Jerusalén celestial o como el día de Pentecostés cuando se celebra el triunfo del resucitado que como máximo fruto de la Pascua envía al Espíritu Santo a su Iglesia. Es decir, se usa el color rojo porque la Iglesia celebra la hora de la muerte de Jesús no como una derrota, sino como la hora de triunfo. Pues, con su muerte da cumplimiento a su pascua y a la nuestra, es decir, en Él se resume nuestro éxodo y nuestra esperaza final.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL VIERNES SANTO

Según testimonios, hacia finales del siglo IV el rito del Viernes Santo se comenzó a extender lentamente desde Jerusalén, lugar donde se custodiaba el madero de la cruz, a toda la Iglesia. El Viernes Santo el obispo presentaba al pueblo el madero de la cruz y todos los fieles hacían procesión ante la Cruz, se inclinaban, la tocaban con la frente y la besaban. Pero sólo hasta finales del año 700 se empieza a celebrar en Roma. Para este día se celebraba sólo con la liturgia de la Palabra y la comunión.

QUÉ SE HACÍA EN LA EDAD MEDIA EL VIERNES SANTO

El gusto medieval por las representaciones teatrales originó entre el siglo X y el siglo XIV algunos ritos alrededor de la cruz en muchas iglesias europeas. Aunque estos ritos no fueron tenidos en cuenta por el misal romano. Después de la adoración de la cruz se envolvía en un paño blanco y se representaba una sepultura al lado del altar; allí permanecía hasta la vigilia pascual. Y con la misma cruz, elevada solemnemente entre aclamaciones del pueblo, se celebraba la victoria de la resurrección. Asimismo el gusto por las obras teatrales hizo que surgiera también el vía crucis y por su popularidad a partir del siglo XVIII se ha convertido en un elemento importante desde al celebración litúrgica.

POR QUÉ LA COMUNIÓN SIN HABER MISA

Es lógico pensar así. La comunión fuera de la misa es siempre una excepción. Hoy la liturgia romana prevé la comunión de los fieles. Esta se da después de la adoración de la cruz en la que se cubre el altar con un mantel y sobre él se coloca un corporal. Seguidamente dos ministros acompañan el pan consagrado que se reservó de la misa de la última cena. Llegado el pan al altar, el sacerdote inmediatamente reza el Padrenuestro, comulga y procede a distribuir la comunión a los fieles. Terminada la comunión se lleva el pan consagrado al monumento y se desnuda el altar. La celebración concluye con la oración sobre el pueblo que es bien significativa en la que el sacerdote extiende las manos sobre el pueblo y dice: “Tu bendición abundante Señor descienda sobre este pueblo que ha celebrado tu muerte y espera tu resurrección”.

SIGNOS LITÚRGICOS DEL JUEVES SANTO

SIGNOS LITÚRGICOS DEL JUEVES SANTO

UN SAGRARIO ABIERTO Y VACÍO

En la misa de Jueves Santo, el sagrario debe estar abierto y vacío antes de iniciar la celebración de la Última Cena. Sólo se consagran las hostias necesarias para la comunión de los fieles y para que los sacerdotes y el pueblo puedan comulgar en la celebración de la Pasión del Señor que se realiza el Viernes Santo. Lo que la iglesia pretende con el signo del Sagrario vacío y de la comunión con el pan consagrado durante este grandioso día es comunicar lo que Jesús en realidad instituyó en la última Cena cuando partió el pan y lo dio a sus discípulos diciendo: tomad y comed todos de él porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros. Se trata pues, de comer y de beber aquel vino que nos convierte en uno solo con Cristo para transformarnos y entregarnos también nosotros tal como Él lo hizo. En el servicio a los demás.

EL LAVATORIO DE LOS PIES

El lavatorio de los pies significa el servicio y el amor de Jesús que ha venido no a ser servido sino a servir. Recordemos que en occidente desde el siglo IV se realizaba el lavatorio de los pies en el rito del bautismo con el fin de que no se olvidaran que ser cristianos significa ser servidores a ejemplo de Jesús. Posteriormente comenzó a ser utilizado en los monasterios como signo de acogida a los huéspedes. Este gesto debe ser simbólico y profético, a la vez que explica el deseo de una Iglesia que a ejemplo de Jesús se hace servidora de la humanidad especialmente de los más pobres y oprimidos. El lavatorio se hace con autenticidad, no es teatro, se lavan, se secan y se besan los pies expresando el amor Fraterno, el servicio y la reconciliación.

LA INSTITUCIÓN DEL SACERDOCIO Y DE LA EUCARISTÍA

Con la institución la Eucaristía, Jesús comunica a los apóstoles la participación ministerial en su sacerdocio, el sacerdocio de la alianza nueva y eterna, en virtud de la cual Él y sólo Él es siempre el artífice y ministro de la Eucaristía. Los apóstoles se convierten en ministros de este excelso misterio de la fe, destinado a perpetuarse hasta el fin del mundo. La Eucaristía es el supremo sacramento de la Iglesia, está unida al sacerdocio ministerial que nació también en el cenáculo, como don del gran amor de Jesús, que sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el extremo. Les encargó hacer eso en memoria de suya.

POR QUÉ EL JUEVES SANTO NO SE REZA EL CREDO

En la misa del Jueves Santo no se reza el Credo. Pues hemos de tener en cuenta que el Credo que los católicos proclamamos se hizo por tradición, es decir, por la experiencia de las primeras comunidades cristianas, después de la resurrección de Jesús, se entiende entonces, por qué no se profesa la fe públicamente este día, no es que sea una omisión, ni nada por el estilo, sino que es un acto de respeto por la misma Tradición antigua que no tenía prevista esta particular profesión de fe cuando se instauró el Jueves Santo. Sólo hasta el siglo XI el Credo entró definitivamente en la liturgia. Cabe decir también que hoy se recomienda que en los templos, se dé la comunión bajo las dos especies del pan y vino.

POR QUÉ NO SE DA BENDICIÓN FINAL, AL TERMINAR LA MISA DE LA ÚLTIMA CENA

La conclusión de la celebración de la Última Cena es del todo insólita. Después de la oración final, se organiza una procesión solemne para llevar el Santísimo Sacramento hasta el lugar donde se tenga preparado el monumento. Posteriormente el sacerdote inciensa al Santísimo Sacramento mientras se entona un canto eucarístico. Allí se ha de permanecer en adoración en silencio. Luego el celebrante y los ministros hacen genuflexión y se retiran hacia la sacristía. La asamblea se dispersa sin ninguna clase de despedida litúrgica. Esto significa que quedamos en espera para participar de la más importante celebración del año Litúrgico. La Vigilia Pascual.

EL ALTAR PERMANECE DESNUDO

Este gesto, de quitar el mantel que cubre el altar, hasta la Vigilia Pascual, es otro signo que asombra e interroga, pues, se retira el mantel que lo cubre, se quitan además las cruces o si no es posible retirarlas se cubren con un velo. Se trata de mantener estable una antiquísima tradición que tenía previsto este gesto final en cada celebración y que luego se conservó únicamente en el Triduo Pascual. Este gesto tan significativo, data desde el siglo X hasta la reforma de Pío XII que lo interpretó con el “desnudamiento” de Cristo, del cual el altar es símbolo. Mientras de despojaba solemnemente el altar se recitaba el salmo 21, que dice: “se reparten mi ropa, echan a suerte a mi túnica”.

POR QUÉ NO SE PRENDEN VELAS A LAS IMÁGENES

Hoy en nuestra liturgia, el altar desnudo no se refiere al sentido trágico de la pasión, sino que quiere centrar la atención en las realidades espirituales representadas en los signos litúrgicos. Por ello mismo la prohibición de encender velas ante las imágenes de la Virgen María y de los santos. Esta prohibición por parte de la Iglesia se inicia el Jueves santo, hasta la Vigilia Pascual. En lugar de encender velas a las imágenes se sugiere a los fieles que las velas se lleven y se prendan al pie del monumento, lugar donde está Jesús presente, pues, este acto de ir a orar y encender una luz en el monumento, es descubrir la luz del misterio eucarístico, que es lo verdaderamente importante para el cristiano.

QUÉ ES EL MONUMENTO

Una vez concluida la Misa del Jueves santo, se procede a reservar el Santísimo Sacramento. Si en la iglesia hay capilla del santísimo, es lógico hacer allí la reserva, o sea, donde siempre se hace. Esto ayuda a recordar a la comunidad que siempre existe la reserva del santísimo, es decir, que la Eucaristía es también el sacramento de la presencia real del Señor Jesús y que por amor a nosotros se queda a nuestro lado para cumplir la promesa que nos hizo en el Evangelio de Mateo: “Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo”. Los monumentos se adornan, con flores, cirios y frutos de las cosechas. Los monumentos se hacen en todas las capillas con el objetivo también de guardar las hostias sagradas para la comunión en el Viernes Santo y la de los enfermos.

 

SIGNIFICADO DE LA VISITA A LOS MONUMENTOS

SIGNIFICADO DE LA VISITA A LOS MONUMENTOS

Después de la misa del Jueves Santo en la noche, el Santísimo se reserva en lugares especiales para la comunión del Viernes Santo, día en que se conmemora la Pasión y muerte del Señor y en que no se celebra la Eucaristía. Con la consolidación del culto eucarístico en los siglos XII y XIII, se extendió la costumbre de preparar un “sepulcro” a Cristo. He ahí que en muchos lugares se llame todavía “sepulcro” a aquello que nosotros conocemos como monumento.

La devoción popular hizo de este gesto práctico, es decir, reservar las hostias consagradas el Jueves Santo para la comunión del Viernes Santo, todo un despliegue de arte y creatividad. Nosotros heredamos esta tradición ya desde el principio.

¿POR QUÉ LA COSTUMBRE DE VISITAR SIETE MONUMENTOS?

¿Por qué el número de siete? Es una costumbre posterior a la de la preparación de los monumentos. Esta se deriva de la usanza romana de visitar las siete iglesias más importantes de Roma, que fomentara y promoviera san Felipe Neri en el S. XVI, y que todavía hoy se conserva.

Este gesto es una especie de peregrinación y sacrificio, que recuerda, según algunos, cuando Jesús fue llevado de un lado a otro durante el proceso seguido antes de su crucifixión.

Según la devoción popular, la visita a los siete monumentos recuerda los siguientes pasajes bíblicos:

1.      El recorrido por Jesús desde el lugar de la Ultima Cena, hasta el Huerto de los Olivos;

2.      Del huerto a la casa de Anás;

3.      De ahí a la casa de Caifás;

4.      El tránsito al pretorio de Pilato;

5.      De Pilato a la casa del Rey Herodes;

6.      Cuando es llevado por segunda vez ante Pilato.

7.      El recorrido hacia el Calvario con la Cruz a cuestas.

La costumbre de visitar los monumentos es propia del Viernes Santo, aunque muchos la hacen ya desde el Jueves en la noche. Desde tempranas horas de la mañana se ven numerosos grupos que van de iglesia a iglesia para cumplir con esta hermosa devoción.

 

domingo, 10 de enero de 2010

Los Silos ha mejorado su pagina parroquial y la Caleta ya tiene la suya



La Parroquia Ntra. Sra. de la Luz ha mejorado la presentación y el contenido
de su página web y sus servicios. Esperamos que te sirvan. Contiene
muchísimos materiales aprovechables para la pastoral. Gracias por la
acogida.
También te presentamos la página que la parroquia de San Andrés Apóstol de la Caleta de Interián ha preparado, como un servicio de información y de
ayuda. Gracias también por la acogida.

jueves, 31 de diciembre de 2009

de Argelio

Feliz Año Nuevo y doy gracias contigo al Señor.
 
Gracias Señor, por el año que termina. Porque en Tu Misericordia me diste pan, trabajo, vida y amor. Gracias por los momentos de toda clase que me permitiste vivir, porque a través de ellos me hiciste recordar que sin Ti, nada soy.
 
Gracias Señor, por mi familia, amigos y compañeros. Perdona mi egoísmo, hipocresía y desamor que tuve con aquellos a quienes causé dolor. Dame tu gracia para vivir mejor los días que me concedas del año nuevo.
 
Gracias Señor, por todo lo que en este año me diste. Gracias por lo que me prestaste y luego me pediste.
Gracias Señor por haberme conservado la vida, por haberme dado techo, abrigo y sustento. Gracias por tu presencia.
 
Argelio

jueves, 24 de diciembre de 2009

Y ¿por qué el belén y el árbol?

Vivimos cambios muy profundos que nos afectan a todos. De modo especial está cambiando nuestro modo de mirarnos a nosotros mismos, nuestro mundo de valores y relaciones. Cosas que hasta hace un par de generaciones parecían inamovibles, hoy son valoradas de modo muy diverso. En general, estos cambios culturales, no rechazan Navidad. Casi diría que la aprovechan: aumenta el consumo, se programan fiestas y visitas, regalos y vacaciones. No es que me oponga a esto, pero temo que se corre el serio riesgo de despojar a la Navidad de su principal sentido. ¡Cuánto quisiera ayudar a los cristianos a volver a mirar Navidad con los ojos y el corazón de gente realmente creyente!

Al reflexionar sobre esta preocupación me preguntaba: ¿No será necesario descubrir algo más en el pesebre? La figura del “Belén”, como se llama también al pesebre, se ha divulgado mucho. La tenemos representada de mil formas y colores en pinturas, tallas y dibujos. Nos parece bastante conocida. Quizás muy pocos consideran necesario preguntarse de qué se trata. Pocos también los que tienen tiempo para detenerse a contemplarlo. No obstante, contiene y esconde un misterio revelador, capaz de provocar una inmensa alegría, que nunca terminamos de descubrir, ni de gozar en plenitud. En la piedad cristiana, el nacimiento de Cristo es un misterio de gozo.

Siempre me ha gustado observar con curiosidad las formas de los pesebres, como también las poesías y canciones que éste ha inspirado. En una antigua y bella narración simbólica, retomada una y otra vez, se cuenta que al pesebre llega una mujer anciana, de cabellos grises, encorvada y triste, llevando algo en la mano. Se acerca al Niño y a la Virgen, no puede contener el llanto, se inclina ante ellos, y les muestra lo que lleva consigo. Después se levanta y parece mucho más joven. Hasta hermosa. La Virgen al reconocerla, le dice: “¡Madre!”. Ella le responde con gozo diciendo: “¡Bendita!” De sus manos cae entonces una manzana mordida. La anciana es Eva, la mujer de los orígenes, primicia de toda la humanidad. Así se plasma una convicción de fe, profunda y transformadora. La vieja condición humana, herida por el primer pecado, ha encontrado en Jesús al Salvador del mundo, nacido de su Madre Bendita. ¿Quién puede mirar detenidamente el pesebre, sin sentir que de alguna manera comparte las condiciones de aquella vieja mujer? Todos somos Adán. Todos, Eva. Su triste figura y la fruta mordida representan el reconocimiento de tantos delitos, faltas y omisiones, que arruinan al ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios. Aquella mujer, reconoce en el pesebre al Salvador prometido y esperado. En nombre de la humanidad, abre el corazón a su gracia redentora, que sana y transforma; que devuelve la esperanza a un mundo agobiado y maltrecho, por descuido y arrogancia de la misma humanidad. El pesebre adquiere entonces una fuerza extraordinaria, para devolver el ánimo a los más desalentados. Así se hace muy hermosa esta experiencia de creer y de anunciar, que Jesús ha nacido en Navidad. La fe en Dios es portadora de una profunda alegría, que cala hondo. Ante el misterio de la pobreza de Dios en Belén, los ángeles del cielo prorrumpen en canto de alabanza. Para la fe cristiana, cantar es natural. Todo lo decrépito y estropeado de cada persona, se renueva y rejuvenece en el pesebre de Belén.

Se me ocurre que algo parecido pasa con el conocido arbolito de Navidad. No son muchos los que saben de dónde viene esta costumbre, y por qué se ha hecho tradicional como símbolo de Navidad. Dejo por ahora detalles de historia y cultura. Pero con la misma inquietud antes mencionada, me pregunto: ¿Qué nos falta descubrir quizás en el árbol de Navidad?

En este símbolo navideño se destaca sobre todo el color. Es bien verde, porque está lleno de vida. De él cuelgan esferas de múltiples colores, luces brillantes, y adornos variados, que lo hacen muy bello. Árbol florecido, entonces, cargado de ricos frutos, que superan a la misma naturaleza. El creyente, recuerda que hubo al comienzo otro árbol, donde las primeras personas creadas se rebelaron contra Dios, porque no quisieron aceptar de Él límites ni prescripciones. Y más tarde, otro árbol, donde Jesús entregó su vida por amor, a fin de que los rebeldes fueran perdonados, y pudieran volver a ser amigos de Dios, que es la mejor de las vidas. Este segundo árbol, era hermoso también, decorado con perlas rojas de sangre, derramada por amor. Los frutos vistosos y sabrosos son signo de buenas obras y sentimientos nobles. Frutos que salen de adentro, que el Espíritu hace brotar: “amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza...”. Jesús también había usado la imagen del árbol, para que nadie se engañe: los frutos buenos, provienen del buen árbol. “Cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

El arbolito de Navidad, entonces, cargado de luces y colores, representa la vida nueva que proviene de la esperanza puesta en Cristo, nacido para morir por los hombres en el árbol de la cruz. Confiar en el Señor que salva y renueva, aceptar su Palabra como regla de vida, es reverdecer por la fuerza de una savia nueva y desbordante, que enriquece como nadie la existencia de hombres y mujeres, de familias y pueblos. ¿No necesita nuestra sociedad, tan orgullosa de sus logros como apocada frente a sus contradicciones, este vigor interior que proviene de la fe? Cuando repasamos el cúmulo de desafíos que tenemos los cristianos, en los distintos órdenes de nuestra vida, no podemos dejar de preguntarnos con qué fuerza espiritual y moral hemos de emprender la tarea cotidiana de construir nuestra vida social. Lo reclaman de modo particular nuestros niños y adolescentes. Lo necesitan los más pobres, dolientes y abandonados. ¡Ojalá sean muchos los que quieran descubrir este tesoro de bondad que es la Navidad, y que puede brotar desde dentro, como fruto precioso!

De todo corazón quiero desear Feliz Navidad a todos los ustedes, de cualquier condición, edad y creencia. Me complace ser de alguna manera padre y pastor de todos. Mi saludo y augurio de felicidad, está cargado del sentido antes recordado. Les conceda Jesús encontrar en Él: la fuerza que sana, rejuvenece y alegra; el vigor interior suficiente para llevar una vida recta, honesta, comprometida con los demás. Esa es la felicidad que pido para ustedes. ¡Dios los bendiga!

 

lunes, 12 de octubre de 2009

LA RELIGIOSIDAD POPULAR

 

La religiosidad popular es un tema muy usado y que no goza de excesivos entusiasmos últimamente. Bueno es reproducir unas líneas de Benedicto XVI sobre el tema escritas cuando era cardenal: “La religiosidad popular es el humus sin el cual la liturgia no puede desarrollarse. Desgraciadamente muchas veces fue despreciada e incluso pisoteada por parte de algunos sectores del Movimiento Litúrgico y con ocasión de la reforma postconciliar. Y sin embargo, hay que amarla, es necesario purificarla y guiarla, acogiéndola siempre con respeto, ya que es la manera con la que la fe es acogida en el corazón del pueblo, aun cuando parezca extraña o sorprendente. Es la raigambre segura e interior de la fe”. Magníficas palabras para valorar ese fenómeno de la religiosidad popular uno de cuyos elementos más destacados son las Hermandades y Cofradías. El “Directorio sobre la piedad popular y la liturgia” de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos nos ilustra sobradamente sobre las formas de culto y especialmente sobre las prácticas de la piedad popular.

Las formas de culto de las Hermandades y Cofradías, en su vertiente devocional más generalizadas, se resumen en novenas, septenarios, quinarios y triduos, teniendo siempre como centro celebrativo la Eucaristía.

*         LA NOVENA: Es un ejercicio piadoso que dura nueve días, dedicado generalmente a la Virgen María y a otros santos y santas, así como a devociones particulares. Muchas de las novenas tiene indulgencias y la única novena que no era de devoción sino litúrgica fue la prescrita por León XIII en el año 1895 dedicada al Espíritu Santo para preparar Pentecostés.

*         EL SEPTENARIO: Es un ejercicio de siete días especialmente dedicado a la Virgen en sus advocaciones dolorosas, como recuerdo de los siete dolores que padeció la Virgen al contemplar los padecimientos de Cristo ante la Cruz.

*         EL QUINARIO: Ejercicio de cinco días que parece tener su origen en el recuerdo de las cinco llagas de Cristo (manos, pies y costado) y se celebran tanto para el culto a Cristo, como a la Virgen.

*         EL TRIDUO: Ejercicio de tres días dedicado tanto a Cristo como a la Vírgen. Tres son las personas de la Trinidad y tres los días que conforman el Triduo Pascual. Se dedican también Triduos al Santísimo.

*         EL VÍA CRUCIS CUARESMAL Y EL VÍA LUCIS, su equivalente pascual, son otras formas de devoción muy utilizados por las Cofradías, especialmente el ejercicio del Vía Crucis en el cual se recorren los momentos más sobresalientes de la Pasión y Muerte de Cristo a través de sus catorce estaciones. De igual forma, en la Cuaresma, están bastante extendidas las meditaciones sobre el Stabat Mater y sobre las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, difundidas estas últimas en el S. XVII sobre todo gracias al tratado que sobre dicho tema escribió San Roberto Belarmino. El Sermón sobre las Siete Palabras es fuente importante de reflexión durante los días cuaresmales y en Valladolid adquiere su máximo exponente en la mañana del Viernes Santo en su Plaza Mayor.

*         NO PODEMOS DEJAR DE NOMBRAR LA SEÑAL DE LA CRUZ. Hacer la señal de la cruz es el gesto fundamental del cristiano. Santiguarse es aceptar a Cristo en nuestra vida, reconocernos discípulos suyos. Si además utilizamos el agua bendita para santiguarnos nos trae recuerdos del bautismo. En definitiva es una profesión de fe en el Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hacer la señal de la cruz equivale a ponernos bajo la protección del Señor, equivale a un escudo que nos protege de las tribulaciones diarias y nos anima a seguir adelante.

 

viernes, 25 de septiembre de 2009

LA CRUZ DE CARAVACA

LA CRUZ DE CARAVACA

La cruz de Caravaca es un "lignum crucis", esto es, un madero de la cruz de Cristo, conservado en un relicario con forma de cruz, de doble brazo horizontal y de uno vertical. La cruz llegó en 1231 a esta localidad murciana, de modo milagroso, procedente de Jerusalén. Pertenecía, según la tradición, al patriarca Roberto de Jerusalén, el primer obispo de la ciudad santa, tras la primera cruzada del año 1099. La reliquia se conserva con un relicario en forma de cruz de doble brazo horizonte y de un vertical.

La dimensión del relicario corresponde, como es lógico, al tamaño que originariamente tenía la madera -el "lignum crucis"- guardada en el interior. No debe, pues, confundirse el relicario exterior con la reliquia interior, que es el verdadero objeto de culto y de amor de los fieles.

 

OCTUBRE Y EL ROSARIO

OCTUBRE Y EL ROSARIO

El próximo jueves comenzaremos el mes de octubre, mes que en la piedad popular está dedicado al Santo Rosario, devoción que ha alimentado la fe de muchas generaciones de cristianos y que ha sido reiteradamente recomendada por los Papas. Juan XXIII la consideraba como una “muy excelente forma de oración meditada”; Juan Pablo II nos confesó que era su “devoción predilecta”; Benedicto XVI, por su parte, nos ha dicho que “si la Eucaristía es para el cristiano el centro de la jornada, el Rosario contribuye de manera privilegiada a dilatar la comunión con Cristo, y enseña a vivir manteniendo fija en Él la mirada del corazón para irradiar sobre todos y sobre todo su amor misericordioso”.